Determinación de la Demanda Hospitalaria

La planificación efectiva de proyectos de salud requiere una comprensión profunda de la demanda de servicios sanitarios. En este contexto, es crucial desarrollar metodologías que integren modelos predictivos avanzados y factores contextuales para mejorar la precisión en la estimación de la demanda. A continuación, se presentan mejoras significativas para la evaluación de proyectos de salud en establecimientos hospitalarios.

1. Enfoque General Mejorado: Integración de Modelos Predictivos y Factores Contextuales

La evaluación de proyectos de salud debe basarse en una metodología sólida que considere tanto las prestaciones finales como las intermedias. Las prestaciones finales incluyen consultas médicas programadas o electivas, consultas de urgencia, intervenciones quirúrgicas, partos y egresos hospitalarios. Estas representan el resultado final del proceso de atención y son esenciales para determinar la demanda total del establecimiento de salud.

Demanda derivada de prestaciones

Por otro lado, las prestaciones intermedias, como exámenes de laboratorio y anatomía patológica, son fundamentales para apoyar el proceso de atención y pueden generar una demanda adicional en el sistema.

2. Generación de Demanda Derivada: Ampliando el Análisis con Evidencia Empírica

Las consultas médicas, tanto programadas como de urgencia, constituyen el punto de partida en la generación de demanda derivada dentro del sistema de salud. Estas atenciones pueden dar lugar a prestaciones finales, principalmente intervenciones quirúrgicas y egresos hospitalarios, dependiendo del diagnóstico y la complejidad del caso.

A su vez, las prestaciones finales (consultas médicas electivas, las consultas de urgencia y los egresos hospitalarios), generan la demanda de prestaciones intermedias. Estas incluyen procedimientos terapéuticos y diagnósticos, exámenes de laboratorio, estudios de imagenología (radiografías, ecografías, tomografías, resonancias magnéticas), anatomía patológica y otros servicios de apoyo clínico esenciales para la continuidad del tratamiento.

Demanda de prestaciones finales

El volumen y la complejidad de esta demanda derivada dependen de múltiples factores, como el tipo de patología tratada, la capacidad resolutiva de los establecimientos de salud, la disponibilidad de equipamiento y recursos humanos, así como la existencia de protocolos clínicos que regulen el acceso a estas prestaciones. En este sentido, comprender la interrelación entre consultas médicas, prestaciones finales y prestaciones intermedias resulta clave para una planificación eficiente de los recursos sanitarios y la optimización de la capacidad asistencial.

Consultas Médicas Programadas (Electivas)

  • Demanda derivada de Intervenciones Quirúrgicas: Las consultas médicas programadas son el primer paso para atender a pacientes que no requieren atención inmediata. En estas consultas, los médicos pueden diagnosticar condiciones que necesiten una cirugía. En muchos casos, la intervención quirúrgica implica una hospitalización para la recuperación del paciente.
  • Demanda derivada de Egresos Hospitalarios: Además de derivar en cirugías, algunas consultas programadas pueden llevar directamente a una hospitalización cuando el paciente requiere un tratamiento médico que no puede realizarse de forma ambulatoria. Una vez finalizado el tratamiento, se produce el egreso hospitalario.

Consultas de Urgencia

  • Demanda derivada de Intervenciones Quirúrgicas: Las consultas de urgencia pueden demandar cirugías de emergencia, especialmente en casos críticos. Estas intervenciones quirúrgicas suelen requerir hospitalización y, posteriormente, el egreso del paciente una vez estabilizado.
  • Demanda derivada de Egresos Hospitalarios: En algunos casos, los pacientes atendidos en urgencias no necesitan cirugía, pero sí una hospitalización para observación y tratamiento intensivo. Una vez completada la atención requerida, se produce su egreso hospitalario.

3. Determinación de la Demanda Insatisfecha: Métodos Robustos y Participativos

La demanda insatisfecha se compone de varios elementos que reflejan las necesidades de salud no cubiertas por el sistema. Esto incluye listas de espera, compra de servicios, rechazos y necesidades de nuevas prestaciones.

Componentes de la Demanda Insatisfecha

  • Lista de Espera: La lista de espera representa un stock de pacientes que requieren una prestación de salud pero no han podido acceder a ella debido a limitaciones en la capacidad del sistema. Su magnitud varía según el ingreso de nuevos pacientes y el egreso de quienes reciben la atención necesaria. Para reducir su impacto, es clave optimizar los flujos de atención, aumentando la capacidad resolutiva con más recursos humanos y tecnológicos, priorizando casos según urgencia y riesgo, externalizando servicios cuando sea necesario y aplicando innovaciones como la telemedicina y la inteligencia artificial para agilizar la gestión de citas y procedimientos. Un enfoque integral que equilibre estos factores permite disminuir la lista de espera y mejorar el acceso oportuno a la atención médica.
  • Compra de Servicios: Se refiere a la estrategia utilizada por el sistema de salud para atender la demanda cuando su capacidad es insuficiente, recurriendo a prestadores externos. Esto puede incluir la compra de consultas médicas, exámenes de laboratorio e imagenología, procedimientos terapéuticos y diagnósticos, cirugías y hospitalizaciones. Habitualmente, la compra de servicios permite reducir listas de espera y mejorar la oportunidad de atención, pero requiere una adecuada planificación y control para garantizar calidad, eficiencia y equidad en la distribución de los recursos.
  • Rechazos: Corresponde a los casos en los cuales los pacientes no puedes acceder a una prestación médica debido a la falta de recursos, explicado por insuficiencia de equipamiento, personal especializado o disponibilidad de infraestructura. Sin embargo, los rechazos no solo se originan desde el sistema de salud, sino también desde los propios pacientes, quienes pueden desistir de recibir la atención por diversas razones, como dificultades de acceso geográfico, barreras económicas, largas esperas, miedo a procedimientos médicos o falta de información sobre su condición de salud. Comprender ambas dimensiones del rechazo es clave para diseñar estrategias que minimicen su impacto y fortalezcan la continuidad de la atención.
  • Desarrollo (Nuevas Prestaciones): Representa la necesidad de incorporar tecnologías, tratamientos y especialidades médicas que aún no están disponibles en el sistema, pero que son demandadas por la población. Esto puede deberse a la evolución de la práctica médica, cambios epidemiológicos o la necesidad de mejorar la eficiencia del sistema. El desarrollo de nuevas prestaciones implica la actualización y fortalecimiento de la red asistencial, la adaptación a normativas emergentes y la ampliación del área de influencia de los establecimientos de salud, asegurando que las innovaciones en atención médica sean accesibles y respondan a las necesidades de la comunidad de manera equitativa y sostenible.
Demanda no satisfecha

Conclusión: Hacia una Metodología Integral y Basada en Evidencia

La evaluación de proyectos de salud debe adoptar un enfoque integral que incorpore modelos predictivos avanzados, factores contextuales dinámicos, tecnologías innovadoras y enfoques participativos. Esto permite no solo estimar la demanda actual, sino también anticipar necesidades futuras y diseñar establecimientos de salud resilientes, adaptables, eficientes y centrados en el paciente.

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